INSTITUCIÓN EDUCATIVA
FE y ALEGRIA
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FE Y ALEGRIA 32
LOS INICIOS DE FE Y ALEGRÍA 32
Corría el año 1955 cuando el Padre José María Vélaz, con un grupo de universitarios voluntarios, realizaba en Caracas tareas de educación para los jóvenes y niños de los barrios populares. Fue entonces que un padre de familia de estos barrios le ofreció al padre Vélaz su garaje para hacer allí una escuela popular para los niños del barrio. Así nació en 1956 la primera escuela de Fe y Alegría.
En la actualidad Fe y Alegría se extiende por 14 países de América Latina. Un criterio básico, el mismo con el que nació, da unidad a este movimiento: ofrecer educación de calidad a niños pobres y sembrar oportunidades donde no las hay.
En 1966 Vélaz llegó al Perú y ese mismo año comenzaron a funcionar en los barrios periféricos de Lima los 5 primeros colegios. Hoy en el Perú hay ya 84 colegios (45 de ellos en Lima) y son más de 300 las escuelas rurales que se han ligado a 3 proyectos rurales de Fe y Alegría donde los docentes pueden encontrar un apoyo en metodología, capacitación y asesoría.
En los comienzos, los colegios fueron parroquiales, pero pronto se firmó un convenio con el Estado, por que este contrata a los docentes, mientras que Fe y Alegría se ocupa de la infraestructura de las II.EE., el equipamiento de talleres, la actualización y orientación pedagógica de los docentes, la pastoral, a través de proyectos financiados por empresas o particulares
EL NACIMIENTO DE FE Y ALEGRÍA 32
En 1984 se produjo la invasión de la zona que hoy lleva el nombre de Su Santidad Juan Pablo II. Era una pequeña ramificación de las quebradas de la zona alta de San Juan de Lurigancho. Este distrito en los años 50 apenas contaba con unas cuantas haciendas agrícolas y hoy tiene más de un millón de habitantes. Cuando la gente asentó aquí sus esteras, la zona era más polvo que tierra y piedras desgajadas de las montañas que rodean la quebrada; no había agua, ni luz, ni pistas; de la última carretera existente la gente tenía que caminar unos 4 kilómetros hasta llegar a sus “casas”.
Los pobladores de Su Santidad Juan Pablo II ya estaban organizados en 1985 y pronto pensaron en la educación de sus hijos(as): pedirían a Fe y Alegría que plantara en su pueblo uno de sus colegios. Los dirigentes del asentamiento convocaron una asamblea general de pobladores y tomaron la decisión de hacer una solicitud oficial, la cual avalaron con firmas de más de 250 familias. Así pues, Fe y Alegría comenzó ante el Ministerio de Educación los trámites para el reconocimiento de este nuevo colegio. A la vez se pusieron en marcha para conseguir financiamiento para la construcción de las primeras aulas y una congregación religiosa para que regentara el colegio.
Así fue como en abril de 1986 llegaron a este pueblo joven 4 religiosas estadounidenses, Hermanas Dominicas de Springfield. Iniciaron la matrícula con apoyo de varios padres de familia y se inició el curso escolar con 3 aulas de esteras y 6 profesoras; en la mañana recibían clase 3 grupos de alumnos de primer grado y en la tarde 2 de segundo y 1 de tercero. A la altura de agosto fue cuando se comenzaron a construir las 3 primeras aulas de cemento y ladrillo.
Poco a poco, el colegio iba creciendo en alumnos y necesidades, y a la par en aulas y profesores. A la vez, las hermanas acompañaban el crecimiento de la comunidad con su trabajo en evangelización, en pastoral familiar y en salud. Fueron años difíciles en los que el colegio, las familias y las hermanas tuvieron que convivir estrechamente vigiladas por Sendero Luminoso, el movimiento terrorista más fuerte de la historia peruana, muy arraigado en esta zona.
En 1992 dos de las hermanas, precisamente las encargadas de todo lo pedagógico en el colegio, fueron requeridas por su congregación para cargos de mayor responsabilidad. Por este motivo, la dirección del colegio pasó en 1993 de las manos de la Hermana Judith Hilbings, fundadora de Fe y Alegría 32, al señor Francisco Villanueva, uno de los docentes más destacados del colegio
